Pasado el carnaval, la Cuaresma es una magnífica oportunidad para visitar Pastelería Ascaso y disfrutar de esos dulces típicos heredados de la tradición y a los que resulta casi imposible resistirse. Son productos sencillos, de receta casera y con gran arraigo. La mayoría de ellos, elaborados a base de harina, huevos, mantequilla, leche, azúcar o miel.
Un imprescindible para el paladar en estas fechas son los buñuelos de Cuaresma. Como marca la tradición, cada miércoles y viernes de Cuaresma puedes encontrar en nuestros establecimientos de Huesca y Zaragoza estos tradicionales dulces, cuyo origen hay que buscarlo en aquella necesidad popular de endulzar y hacer más pasajeros unos días de restricciones alimentarias.
Nuestros buñuelos de Cuaresma son unos dulces bocados, en los que se evidencia la influencia de las pastelerías del sur de Francia, tan presente en Ascaso. De hecho, su origen está en los bugnes de Pâque, un dulce que Vicente Ascaso Sarvisé conoció en uno de sus múltiples intercambios con maestros pasteleros del sur de Francia y cuya fórmula decidió adoptar.
Este dulce está elaborado con masa laminada realizada con huevos, mantequilla, azúcar, harina, ralladura de limón y naranja y un “toque” secreto del maestro pastelero de Ascaso. Ese “toque” especial, unido a su original forma cuadrada, hacen de nuestros buñuelos -después de freírlos y rellenarlos con crema pastelera y crema de limón- un postre de Cuaresma diferente.
Y si hay otro producto típico de estas fechas del que tampoco nos olvidamos en Ascaso, es el bacalao, que se erige en protagonista de nuestras empanadillas de hojaldre.