La pasión por la pastelería que sentimos en Ascaso se traduce en una apuesta permanente por la innovación. Y es que una actividad tan tradicional como ésta se encuentra en constante renovación. Pero somos amantes de los nuevos retos y ahí la explicación a la continua investigación que llevamos a cabo de cara a elaborar dulces gourmets y creaciones únicas que sigan sorprendiendo y haciendo las delicias, no solo de los paladares de nuestros clientes, sino de todos sus sentidos.
En Ascaso entendemos la innovación como una fórmula de equilibrio entre tradición y vanguardia, un binomio que se refleja en la mayoría de nuestros dulces, elaborados con las técnicas más novedosas, pero manteniendo el mimo y el cuidado personalizado con el que trabajamos desde hace 125 años. Y así se pone de manifiesto en nuestra especialidad más emblemática: el pastel ruso, toda una innovación por sí solo, puesto que es resultado de una mezcla de empecinamiento y de muchos años de pruebas y de trabajo de Vicente Ascaso, que no cejó en su intento hasta que consiguió la receta que buscaba.
La innovación también nos va a permitir optimizar nuestra capacidad de producción y distribución de la pastelería gracias al nuevo obrador que estamos construyendo en Huesca. Con una superficie de 840 metros cuadros y dotado de una tecnología de vanguardia, nos permitirá seguir elaborando nuestras particulares creaciones de alta pastelería, pero sin perder nuestra esencia artesanal. Dividido en dos plantas, en la primera se ubicará el obrador de pastelería, compartimentado para que cada tipo de producto cuente con su propia sala y el proceso productivo pueda regirse por la denominada “marcha hacia adelante”, que perfecciona los estándares de calidad higiénica. También dispondremos de un laboratorio para poder seguir investigando. En la segunda, se creará una sala polivalente, con el objetivo de destinarla a cursos, demostraciones y catas.