Cuenta la leyenda como San Jorge llegó un día a Silca (en la actual Libia), donde había un gran lago habitado por un enorme dragón que tenía atemorizada a toda la ciudad. Para aplacar la ira del monstruo, el pueblo lanzaba dos ovejas diarias como alimento. Al acabarse los animales, comenzaron a sacrificar a los habitantes del pueblo, elegidos por sorteo. Y le llegó el turno a la hija del rey. En el camino hacia su sacrificio, se encontró con San Jorge, quien, montado en su caballo y con una lanza, logró capturar al dragón y salvar a la princesa.
Y hace unos años, aquella lanza con la que el caballero derrotó al monstruo se convirtió en dulce. Es el Lanzón de San Jorge, el postre predilecto de los aragoneses para conmemorar el 23 de abril, día de su patrón. Nada de sacrificio, más bien, un auténtico placer es lo que provocan las dos capas de esponjoso bizcocho de almendra y la base crujiente de pasta brisa que componen este delicado pastel, que en Pastelería Ascaso rellenamos con una crema ligera de turrón y se corona con una capa de yema.
Los mostradores de nuestros establecimientos de Huesca y Zaragoza adquieren un tono dorado, salpicado de detalles rojos y negros. El contraste de texturas y la combinación de matices que ofrece el sabor de la almendra y de la yema tostada, se completan, a modo de adorno, con una Cruz de San Jorge, un escudo de chocolate del santo y un pequeño cachirulo.
Y es que en Pastelería Ascaso nos gusta celebrar las fechas especiales dándoles un toque dulce, al tiempo que contribuimos a mantener y potenciar la tradición culinaria.