“Por San Blas… la cigüeña verás”, dice el refrán. Esta festividad se celebra el 3 de febrero y es una de nuestras favoritas, ya que se convierte en indicadora de los primeros esbozos de la primavera que está por llegar… Por eso, la celebramos con uno de nuestros postres más artesanos: el Roscón de San Blas.
La elaboración de este dulce no tiene que ver con la del resto de roscones: el Roscón de San Blas de Ascaso está hecho siguiendo la tradición artesana, ya que es un rosco de hojaldre relleno de crema pastelera. También se puede rellenar de mazapán, de nata o de trufa, pero es necesario encargarlo unos días antes al 3 de febrero.
Por supuesto, para los incondicionales del “bollo”, ese día también se elaboran roscones de masa fermentada, con relleno de nata y acabado exclusivo de San Blas. Un santo al que, por cierto, hay que encomendarse cuando tenemos molestias en la garganta, tan propias de esta época del año.