Queridos dulcívoros, ¡estoy de cumpleaños! Pero no el mío, no, sino el de Pastelería Ascaso. Mi segunda casa, el lugar donde todos mis sueños se materializan en exóticos chocolates, imponentes merengues y delicados hojaldres. Aunque últimamente, por la situación actual, estoy utilizando mucho la tienda online y reconozco que pierde un poco de encanto, también me hace no «pecar» más de lo que debo.
Para celebrar este magnífico aniversario, nada más y nada menos que 130 años de historia, han decidido dar una vuelta a la caja de su creación más famosa: el Pastel Ruso.
Porque aunque es difícil mejorar unos productos elaborados con ingredientes de la más alta calidad -materias primas de origen español trabajadas con mimo en el obrador de Huesca siguiendo procesos artesanos-; siempre hay sitio para caminar hacia la perfección. En este caso, ¡la caja llevaba sin actualizarse desde 1974! Año en el que se creó tan delicioso postre.
La nueva, mucho más moderna, luce los característicos azul y fucsia de la marca con sus conocidos círculos. Pero ahí donde la vemos, tan sencilla y elegante, esconde mucha información interesante.
Por ejemplo, la nueva caja reduce en un 93,5% la cantidad de plástico que utiliza respecto a la anterior. Además, el cartón tiene el sello de gestión forestal responsable y se han utilizado tintas de base vegetal. ¿No os parece increíble?
También se ha incluido en la parte trasera una cita escrita por la familia Ascaso, por ser su creación más personal. Una manera de tener una relación más directa con sus clientes, a quienes cuidan con detalles como este.
Pero no temáis, queridos Dulcívoros. Este nuevo vestido que luce el Ruso no afecta a su mantenimiento. Sigue siendo perfecto para mantener las condiciones de conservación y durabilidad, guardado en la nevera o en el congelador aguanta perfectamente incluso en largos viajes.
Otra cosa que no cambia es su sabor. Elaborado con ingredientes sencillos: avellana, almendra, clara de huevo, azúcar y mantequilla, es un postre exquisito y elegante que se deshace en la boca y con un intenso sabor al praliné de frutos secos. Perfecto para cualquier celebración o para darse un capricho. Además, está disponible en dos tamaños, pero os advierto que si compráis el pequeño, nada más probarlo, ¡os arrepentiréis!
P.D. Os recomiendo que os leáis su apartado Pastelería honesta, en su web. Así entenderéis un poquito más lo valores de esta gran pastelería, todo un referente en la gastronomía dulce española, que son los que le han llevado a poder brindar por 130 años de historia ¡y por muchos más!