Si algo ha caracterizado a la Cuaresma ha sido su marcado carácter de ayuno y penitencia. Y es que en sus orígenes se instituyó como contraposición a los dispendios de las fiestas paganas invernales que representaba el Carnaval. Durante estos 40 días, la gastronomía se volvía más austera con el fin de preparar el cuerpo y el alma para la Pascua de Resurección. Con una apuesta popular por platos preparados a base de pescado, si hay un actor principal en la cocina de Cuaresma ese es el bacalao, un ingrediente gastronómico capaz de contentar a los paladares más exquisitos.
Y es que, ya sea por guardar la tradición, ya sea por costumbre, este rey culinario es el elemento principal de muchos menús de esta época del año y uno de los protagonistas de la pastelería salada de Ascaso.
Con la llegada de la Cuaresma, las empanadillas de bacalao regresan cada miércoles y viernes a todos nuestros establecimientos. De larga tradición en Pastelería Ascaso, estos bocados salados tienen como base nuestro delicioso y reconocido hojaldre y, por supuesto, bacalao fresco de primera calidad, acompañado por un sofrito de cebolla, pimiento y tomate, guisado por nuestros expertos con todo el mimo que precisa.
Y para aquellos más golosos, Pastelería Ascaso recupera como cada año el sabor más dulce de estos días con sus típicos buñuelos de Cuaresma. Qué mejor forma de disfrutar de la tradición de estos días que con una de nuestras empanadillas de bacalao o con nuestros buñuelos. El único pecado que pueden provocar es el de la gula.