¿Os acordáis del río de chocolate del libro (y películas) “Charlie y la fábrica de chocolate”, que cruzaba un prado de hierba con sabor a menta, en el que crecían árboles de los que nacían dulces, y al que surcaban barcos de caramelo? Pues los escaparates de nuestras pastelerías cuando se llenan de Monas de Pascua se asemejan bastante a esta paradisíaca visión.
Conforme se acerca la Semana Santa, Pastelería Ascaso se prepara para recibir a las protagonistas más dulces de estas fechas: las Monas de Pascua. Nuestros mostradores cobran vida de la mano de auténticas filigranas de chocolate, que transportan a quien los observa a un mundo de ilusión. Figuras de todos los tamaños, formas y colores lucen al más puro estilo de los escaparates llenos de chocolate que veía Charlie, ante los que no podía evitar detenerse, apretando la nariz contra el cristal, mientras se le hacía la boca agua. Y es que el chocolate produce una atracción que no entiende de edades, haciendo las delicias de los más pequeños (y de los no tan pequeños).
Pero… ¿sabéis a cuándo se remonta esta tradición? La costumbre de las Monas de Pascua -símbolo del final de la Cuaresma y de la abstinencia- aparece ya documentada en el siglo XV. No obstante, son diversas las fuentes que las remontan más atrás, a la época de los moriscos. Enlazan su origen con la munna, que eran el conjunto de presentes que los moriscos hacían a sus señores una vez concluido el Ramadán. Una costumbre que conecta con el presente, ya que, tradicionalmente, las Monas de Pascua han sido un regalo que hacen los padrinos a sus ahijados el Domingo de Pascua, como cierre a la Semana Santa.
El chocolate se convierte en el ingrediente estrella, aunque no siempre ha sido así. Las primeras Monas de Pascua que aparecieron en España estaban realizadas con masa de pan común, que, posteriormente, fue sustituida por una masa abizcochada, que se acompañaba con huevos duros (como símbolo de la fertilidad, del principio de la vida y el renacimiento primaveral). Sin embargo, a finales del siglo XIX, las confiterías comenzaron a sustituir los huevos duros por otros de chocolate y a adornar este dulce de Semana Santa con figuras de chocolate cada vez más elaboradas y caprichosas supeditadas a la imaginación del maestro pastelero.
Y es que la elaboración de las Monas de Pascua es todo un arte (y en Pastelería Ascaso damos fe de ello). Pieza a pieza se van esculpiendo cada una de las pequeñas esculturas, que se pueden adquirir en nuestros establecimientos de Huesca, Zaragoza y Madrid. Naves galácticas al más puro estilo Star Wars, casas de todo tipo, camiones, helicópteros, tractores con pala escavadora o un enorme barco velero son algunos de los cerca de treinta modelos de Monas de Pascua que puedes encontrar en Pastelería Ascaso.
No obstante, en Pastelería Ascaso trabajamos por encargo, por lo que, de alguna manera, tú eliges como quieres que sea la mona que ponga un punto final dulce a la Semana Santa. Más grandes o más pequeñas; adornadas con juguetes o muñecos –de plástico o comestibles- de la Patrulla Canina, de los protagonistas de Frozen o de cualquier otro ídolo de moda de los más pequeños; de chocolate negro, chocolate con leche o chocolate blanco…, Eso sí, todas nuestras Monas de Pascua están elaboradas con el mejor chocolate del mundo, el de Valrhona, máximo exponente mundial de calidad en chocolates y con el que ya nos une una relación casi familiar.